Visual Analytics & Big Data. Data Scientist. Open Data. Open Access. Data Mining. R. Weka. Scientific divulgation. Researcher. Also, I'write poetry: "Art perfects the senses"
Los abuelos son luz permanente mientras los nietos deslumbran como luciérnagas sin importar la hora.
He procurado ser recíproca con la fuerza que le ponen en cada proyecto, me falta una eternidad para ser como ellos. Apenas he logrado darles un techo para guarecer, una mesa con frutas recién cosechadas y un toldo violeta como atrapasueños…
Mientras te queda la fuerza para llamarla «esta guagua, mi bisnieta» ella, te pasa tantos peluches como tus años, no quiere que te falte a quien abrazar...
De uno en uno pasan los juguetes por tus manos, revisas a tientas los detalles, algunas veces no quieres jugar con la suavidad del terciopelo.
Ya no llevas cuenta de los nietos o de los hijos que te quedan, solo preguntas por los dos bisnietos que agarran tu mano para llevarte al comedor o al patio cuando el sol está radiante, ellos son tu bastón así como fuiste el de tu madre.
Algo tiene ese poncho, descubrieron magia en el viejo doblez del cuello, se acurrucan en su abrigo; cuando estás casi dormido te cantan al oído, quieren ahuyentar pesadillas y olvidos.
Llegaron para reforzar los cimientos, son puntales, son contravientos...
Llegaron para enseñarnos a perdonar, Emilio, colección de aventuras, Emilia, álbum de ocurrencias, el primero con siete años y medio, la segunda con un año y tres meses...
Ellos dan pasos firmes, esparcen semillas con la ayuda del viento cálido, recolectan frutos del limonero y del ciruelo, chapotean sonrientes bajo la lluvia..
Llegaron para ser libres, reproducen el canto del tucán, quieren ser vuelo de golondrina...
Lilia Quituisaca-Samaniego San Bernabé, Ecuador Diciembre, 2021
Desde hace algún tiempo los fines de semana se volvieron sagrados, sin dioses ni adioses.
La sensibilidad fluye en el saludo del tucán; la emoción aturdida del naranjo no descansa; las golondrinas confiadas hicieron su nido a pocos pasos del guayabo; la mala hierba cedió, prudente se alejó de los limoneros; a diferencia de los escarabajos que llegan de visita para nutrirse de los algodones dulces de la guaba abierta o el festín escandaloso de las hormigas cuando los frutos del arazá se desprenden. A esto le añadimos la frescura del ciento de plantas nuevas (café, cacao, almendro, mango, ciruelo, toronja, aguacate, papaya, etc.) donde sobrevuelan mariposas inmortales.
En medio de estos pasajes levantamos la guailanga, 18 manos familiares danzan sincronizadas, hombros de amigos impulsan realidades y los pasos generosos de los nuevos vecinos nos dan tranquilidad.
A pulso tallamos el bambú y le sometemos a estructurarse, la bondad de la madera de uva es evidente cuando acepta que los tornillos usen su resina para adentrarse hasta las vértebras.
En la vida vale consumir sueños hasta que se vuelvan físicamente imposibles de desterrar.
Además, la magia puede crearse y está gratamente comprobado, pues el rostro de mi familia y amigos reflejan sendos jardines de lirios e ixoras.
Aquí comienza el proyecto más grande LeaMoS y cada uno de ustedes serán partícipes para conseguirlo.
Lilia Quituisaca-Samaniego San Bernabé, Ecuador Noviembre, 2021
“...cuando las dulces violetas enferman, su fragancia se prolonga en los sentidos...”
(Cuando las suaves voces mueren, Percy Bysshe Shelley)
Un año lleno de emociones positivas y otras que necesitaron un abrazo, remedio exclusivo que solo tiene su marca, justo la de mis padres. Gracias por enseñarme a disfrutar el trabajo en la tierra y amar la naturaleza. Gracias por incubar sueños compartidos y encaminarlos hasta convertirlos en proyectos. Gracias por ser mis ojos cuando los míos envejecieron y perdieron la noción del trayecto. Gracias por ser mi bastón cuando mis vértebras no soportaron el peso del engaño. Gracias por acompañar mis pasos y caminar sobre espinas hipócritas. Gracias por la confianza y libertad otorgada desde mis primeros días. Gracias por ser mis lectores estrictos y dejar que mis frágiles garabatos sean responsables en el pensamiento mío.
Gracias a ustedes, mi familia, por sostener mi ira, porque lo hubiese lanzado como ráfaga sobre la humanidad misma de esos oportunistas a los que renuncié.
Y claro, a los que amenazan mi integridad, a los que fastidian mis días, a los amnésicos que olvidan sus deudas y hasta a los que me proponen que nos les haga quedar mal, les digo basta; pues los demás de sobra saben lo mediocre que son; ustedes desconocen la energía que uno tiene para renacer y ningún agravio empaña la credibilidad que tiene un nombre bien puesto.
Finalmente, soy yo, Lilia, la que me impongo retos y me esfuerzo por cumplirlos, la exigente conmigo mismo y en mi vida están los que deben estar, ni más ni menos…
Post data: Mi familia está compuesta por los seres que amo: mi abuelo, mis padres, mis hermanas, mis sobrinos, pocos tíos, algunos primos y contados amigos.
Ninguna carcajada es cobarde; la garganta necesita silencios binarios.
El alma a veces necesita redirigirse; pinta lluvia, hay texturas estériles que debes fecundar; los jilgueros dorados sufren de amnesia; el aire danza sin cordones, necesita puntillas que giren a su derecha; algunas hojas vencidas se vuelven billetes sin valor; la vida requiere al menos una receta comprobada…
Sobre el puente enmudecido retumba el eco de la cuerda rota en tres pedazos.
El primero se incrusta en el borde blando de la partitura, su fuerza dibuja el compás real que debería tener la tarde; el otro se queda guindado en la parte superior, exige que la tercera clavija le retuerza a la derecha hasta que el vacío engulla su timbre por completo.
Y el último pedazo anudado permanece rebelde, no quiere que los dedos impávidos rasguen romanticismos torpes.