Santa divinidad, eterna plegaria,
Alma de esencial fe y gloria,
No puedo olvidar tu valentía…
Linaje sublime de eufonía;
Umbral mágico del pueblo afable,
Inspiración leal del poeta amigable,
San Luis, alma sagrada de piedad.
Resurgirá en el eco peregrino,
El fervoroso aliento del camino
Y en nuestras almas la fe será paz.
Digna quietud de ilusión en tu faz,
En los nobles milagros de bondad.
Fortaleza del templo de oración,
Revives la esperanza y el perdón;
Anhelante le pido al destino
Navegar en tu manantial cristalino
Con humildad, devoción y dulzura;
Impregnando estarás de ternura…,
Amparándonos siempre con tu sabia predilección.
Autor: Quituisaca Samaniego Lilia