Visual Analytics & Big Data. Data Scientist. Open Data. Open Access. Data Mining. R. Weka. Scientific divulgation. Researcher. Also, I'write poetry: "Art perfects the senses"
Hace años me dijiste en la casa que abandonamos: “no sabes amar”.
Pregúntales a otros, a ellos, porque de amor sabe: la manzanilla que espanta punzadas del estómago, el toronjil que expande el pecho para liberar el corazón, el infierno de Dante que recoge a tantos traidores, la mamá que hurga y cura heridas con un beso, los abrazos de papá que protegen desde el más allá, las piedras del río que aceptan golpes de ira, la araña que no se escapa de la muerte después de amar.
Autor: Lilia Quituisaca-Samaniego Lugar: Lienzo de tierra
Desde hace algún tiempo los fines de semana se volvieron sagrados, sin dioses ni adioses.
La sensibilidad fluye en el saludo del tucán; la emoción aturdida del naranjo no descansa; las golondrinas confiadas hicieron su nido a pocos pasos del guayabo; la mala hierba cedió, prudente se alejó de los limoneros; a diferencia de los escarabajos que llegan de visita para nutrirse de los algodones dulces de la guaba abierta o el festín escandaloso de las hormigas cuando los frutos del arazá se desprenden. A esto le añadimos la frescura del ciento de plantas nuevas (café, cacao, almendro, mango, ciruelo, toronja, aguacate, papaya, etc.) donde sobrevuelan mariposas inmortales.
En medio de estos pasajes levantamos la guailanga, 18 manos familiares danzan sincronizadas, hombros de amigos impulsan realidades y los pasos generosos de los nuevos vecinos nos dan tranquilidad.
A pulso tallamos el bambú y le sometemos a estructurarse, la bondad de la madera de uva es evidente cuando acepta que los tornillos usen su resina para adentrarse hasta las vértebras.
En la vida vale consumir sueños hasta que se vuelvan físicamente imposibles de desterrar.
Además, la magia puede crearse y está gratamente comprobado, pues el rostro de mi familia y amigos reflejan sendos jardines de lirios e ixoras.
Aquí comienza el proyecto más grande LeaMoS y cada uno de ustedes serán partícipes para conseguirlo.
Lilia Quituisaca-Samaniego San Bernabé, Ecuador Noviembre, 2021
Son nietos: saltan entre dimensiones espaciales, tararean canciones en notas compuestas, libres de miedo, fuertes, robles en crecimiento...
Son hijos: experimentan tropiezos sin permiso, algunos descienden en caída libre, desobedecen al vértigo, aprenden, robles tallados...
Son padres: edifican porvenires entre sendas, huertos y ramajes, cuestionan sin misticidad, pulen robles sin arrancar la raíz...
Son abuelos: encienden faroles dormidos, abren caminos con brújulas ajustadas, cuidan a sus padres, comprenden a sus hijos y miman a los retoños nacientes de roble, sus nietos...
Son bisabuelos: cicatrizan heridas cansadas con melancolía, ventiscas desnudas, roble de hierro con una docena de semillas, la mitad de ellas solo esporas desmemoriadas...
Tonalidades sin agobio cubren el cielo,
los tallos perduran sumergidos en musgos ardientes,
las hojas son vitrales de mujer cuando abrazan la tierra
y se vuelven ofrenda voluntaria al canto distraído del jilguero...
Piel escándalo,
exilio de marionetas enjauladas;
grito apocalíptico,
hamacas desperdigadas en añicos;
lengua libertaria:
¡no quiero atardeceres distintos a este!
Lilia Quituisaca-Samaniego San Bernabé, Ecuador Octubre, 2021
Desde la infancia habíamos intentado sin satisfacción producir naranjilla, muchas veces llegaba hasta la floración y luego estas caían débilmente y en unos días más las hojas y tallo se secaban.
En mi familia por costumbre no solemos rendirnos, somos leales a los retos y después de muchos años, en otras tierras, somos testigos de la lozanía del fruto; tal parece que la época de cosecha debió esperar tres décadas de perseverancia e intentos continuos.
Lilia Quituisaca-Samaniego San Bernabé, Ecuador Octubre, 2021
Solo fueron quince segundos en donde la gravedad desapareció, esos 9,81 m/s2 dejaron de ser imán, decidieron ser arrullo de viento y flauta de volcán; algunas gotas danzaron con rondas entonadas en Do Mayor, hasta que el sol despertó.
Lilia Quituisaca-Samaniego San Bernabé, Ecuador Octubre, 2021
“...cuando las dulces violetas enferman, su fragancia se prolonga en los sentidos...”
(Cuando las suaves voces mueren, Percy Bysshe Shelley)
Un año lleno de emociones positivas y otras que necesitaron un abrazo, remedio exclusivo que solo tiene su marca, justo la de mis padres. Gracias por enseñarme a disfrutar el trabajo en la tierra y amar la naturaleza. Gracias por incubar sueños compartidos y encaminarlos hasta convertirlos en proyectos. Gracias por ser mis ojos cuando los míos envejecieron y perdieron la noción del trayecto. Gracias por ser mi bastón cuando mis vértebras no soportaron el peso del engaño. Gracias por acompañar mis pasos y caminar sobre espinas hipócritas. Gracias por la confianza y libertad otorgada desde mis primeros días. Gracias por ser mis lectores estrictos y dejar que mis frágiles garabatos sean responsables en el pensamiento mío.
Gracias a ustedes, mi familia, por sostener mi ira, porque lo hubiese lanzado como ráfaga sobre la humanidad misma de esos oportunistas a los que renuncié.
Y claro, a los que amenazan mi integridad, a los que fastidian mis días, a los amnésicos que olvidan sus deudas y hasta a los que me proponen que nos les haga quedar mal, les digo basta; pues los demás de sobra saben lo mediocre que son; ustedes desconocen la energía que uno tiene para renacer y ningún agravio empaña la credibilidad que tiene un nombre bien puesto.
Finalmente, soy yo, Lilia, la que me impongo retos y me esfuerzo por cumplirlos, la exigente conmigo mismo y en mi vida están los que deben estar, ni más ni menos…
Post data: Mi familia está compuesta por los seres que amo: mi abuelo, mis padres, mis hermanas, mis sobrinos, pocos tíos, algunos primos y contados amigos.
Taller: Semilla de versos. Tallerista: Gloria Edith Ocampo López. Tema: Primero el cuerpo es admirado, después es la palabra. Lugar: Fundación Grainart, Colombia
Una hora y media después de iniciada la reunión me percato que hay tres videollamadas perdidas, al tomar el celular suena bajito sobre mis manos una vez más; no contesto, no puedo… Una reunión fuera del horario me ahuyenta de lo prioritario, sí, una reunión que pretende ser productiva.
Insiste con mensajes de voz para que le conteste, insiste… —Debo contarte algo urgente, contesta tía. Estarás en tus reuniones ¿verdad? Como siempre, reuniones…
Apago la cámara, me escapo un momento hasta la puerta, alzo el volumen de la computadora para no perderme ningún detalle del monólogo formado en una reunión de cinco integrantes.
Devuelvo la videollamada.
Mi sobrino, no espera que timbre tantas veces, responde al primer tono; le saludo apresurada —Hola Emilio ¿qué pasó?
—Hola tía Lilia, solo responde una cosa, ¿ya estás libre? o ¿a qué hora acabas todas, todas tus reuniones? Solo dime eso.
Le explico que estoy escuchando la reunión e insisto —Mi vida ¿qué pasó?
—Tía, esta tarde llovió a cántaros y salió el sol con más ganas. Si sabes que pasa luego ¿verdad? Bueno, mejor te digo porque algunos se olvidan de cosas normales. Se formó un arcoíris viajante. Veo una ventana a tu espalda; date la vuelta y levanta la mirada, ahora avísame si llegó lejos… hasta donde estás…
Aguanto la respiración, no quiero que se escape ni un suspiro, no quiero que mi sobrino detecte mi angustia, quiero ser fuerte.
Sin embargo, se da cuenta y con voz desafiante me dice —Tranquila, respira profundo; ve a terminar tu reunión, ya escuché que dijeron «Lilia ¿qué opinas?«; dile a tu jefe que iguale su reloj, capaz se le dañó a las tres de la tarde, dile que ya son las seis…
Termina la llamada ¡Qué ganas de bajar la tapa de la laptop!