El abuso de quienes ostentan el poder se vuelve más evidente; lamentablemente hemos visto que la generación de política pública la hacen basados en la coyuntura y descartan el análisis basado en la ciencia, pues no les conviene publicar ciertos resultados. Suelen indignarse cuando se les exige evaluación a sus trabajos, peor aún cuando se les pide fundamentación. Inclusive, exigen que se les llame «expertos» y que se les reconozca como los comprometidos con la «ciencia».
Sin embargo, hay que reconocer que aún existen académicos, científicos, profesionales, estudiantes, etc., que tienen la firme convicción de generar discusión y espacios de investigación; así que mi total apoyo para difundir y evitar que éstas malas prácticas de «panacracia», «adulación», «levanta manos», etc., sigan proliferando en nuestra sociedad.
Este es un comentario general, sin alusiones personales; pero como dice la expresión popular “A quien le caiga el guante que se lo chante”.
Autor: Lilia Quituisaca-Samaniego